Recibe el nombre de aparato locomotor el conjunto de todos aquellos órganos, músculos, huesos y tendones que son necesarios para movernos. Sin él no podríamos movernos y nos caeríamos al suelo sin remedio al no existir rigidez ni nada que evite caernos. Los músculos actúan en consonancia con tendones y huesos para sujetarnos y para desplazarnos.
La composición de cada una de estas partes que entran en dinámica con el movimiento y la rigidez del cuerpo son muy diferentes.
Los huesos están formados por una sustancia dura que está compuesta principalmente por calcio y fósforo. Nos proporciona la rigidez.
Los músculos en cambio son tejidos blandos y elásticos que se pueden contraer y estirarse para permitir el movimiento de los huesos.
Son los tendones los que se encargan de unir los músculos a los huesos y están formados por tejidos flexibles e increíblemente resistentes.
Por otro lado quedan los ligamentos cuya función es la de impedir que los huesos se desplacen en las articulaciones y cuyo tejido también es sorpréndentemete resistente.
Al conjunto de todos estos órganos y a su asociación y sincronía para movernos se le llama aparato locomotor.